- Con el joven Adriano Juárez, me dice una voz a través del celular.
- Con él habla, respondo.
- Le informo que usted no ha podido pasar la segunda etapa de selección para supervisores, pero contamos con su ficha, por lo que se le tomará en cuenta para futuras convocatorias.
- Muchas Gracias, replico. Libero la llamada y continúo durmiendo.
Ocurrió hace unos dos días, con
una razón inexplicable en el subconsciente y con un grado mayor de estupidez al
que poseo regularmente, cuando decidí colocar mi usuario y clave en la
convocatoria para supervisores. Lo bueno – sabiéndome haragán – es que todo lo tengo a
un clic de distancia y lo malo fue pensar por un instante que yo podría dejar
de ser yo. Se dice que el hombre es el
único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, en ese aspecto yo me
siento humano: He fracasado en la elección de mi carrera y ahora trataba de
comenzar una vida ordinaria que indudablemente me sepultaría como escritor, el
mayor de mis sueños.
Todo empezó con una llamada
cadavérica de una chica sin gracia. Me llamó en un momento inoportuno. Yo me
encontraba durmiendo y pensando en la tercera parte de “Desvarío”. Me preguntó
sobre los programas que yo conocía y manejaba. Le mencioné algunos. No sé si
entendió lo que le dije. Reafirmando el ambiente cadavérico y sin algún grado
mayor de gracia me dijo que sólo preguntaba y colgó. Imaginé el mejor de los
escenarios: Yo no soy capaz de superar siquiera una evaluación telefónica.
No le presté mayor importancia al
asunto. Continué con mi vida. Trataba de escribir alguna de las historias que
tenía en mente, pero terminaba por no escribir nada. En esos días me encontraba con el tratamiento
de cinco Rohypnol diarias durante dos semanas y me encontraba bastante débil y
sin nada en la cabeza. Recuerdo algunas caídas por las escaleras,
insignificantes vómitos y muchas ganas de dormir.
La segunda llamada llegó al día siguiente.
- Le informo que tiene una cita para el día de mañana a las nueve de la mañana, me informaron.
- De acuerdo.
Despertar a las ocho de la mañana representaba
un problema para mí. Sólo dos días realizo un sacrificio colosal, los lunes y
viernes que tengo clases por la mañana. Decidí acudir a la cita. Me coloqué lo
primero que encontré en el camino. Traté de peinarme, pero descubrí que yo no
tengo peinillas, porque nunca las he usado. Finalmente decidí ser coherente con
lo que digo ser y fui a mostrar lo peor de mí.
Fui uno entre doce personas que
aspiraban a una de las cuatro vacantes para supervisores. Observé a todos con
detenimiento. Descubrí al de mayor cociente intelectual y lo convertí en mi
amigo. Todos nos preparábamos para comenzar el examen psicotécnico, que es
siempre la primera fase en la selección de personal.
Mi nuevo amigo, el de mayor
cociente intelectual, ha compartido alguna anécdota conmigo, sólo que él no lo
sabe y nunca lo sabrá: Una tarde mientras regresaba de la universidad, de las
clases de viernes tomé una ruta distinta, un poco más lenta pero más agradable.
Recorrería la avenida La Molina, luego la avenida Constructores para finalmente
retomar la avenida La Molina a la altura de Molicentro hasta llegar a mi casa. Ya
no pasaría por la universidad Agraria. En
aquella ruta, en algún momento del trayecto subió un joven como de veinte años
y se colocó al lado del asiento en que yo me encontraba. Pasado unos minutos
comenzó a temblar, primero un poco, estuvo a punto de caer y luego temblaba un
poco más. Finalmente se soltó. Dos personas lo sostuvieron. Yo quedé inmóvil. El carro se detuvo y él quedó tendido en el
piso del carro y con la cabeza cerca de mis pies. Convulsionaba. Un minuto más
tarde cambio de color, se puso morado. Yo pensé que moriría. Comenzó a salir
espuma de su boca. Una señora me alcanzó una toalla para que lo limpiase y
evitara que la saliva ingrese por la nariz. Lo limpié. Lo coloqué de costado y
un desconocido coloco un trapo sucio en su boca. Lo que continuó después es
irrelevante.
La primera fase de la selección
constaba de un examen psicotécnico con cuatro factores. El primero, una lista
con series de letras a las cuales hay que encontrarles lógica y determinar cuál
es letra siguiente. La segunda una serie de cien sumas de las cuales sólo
desarrollé la mitad. La tercera una lista de palabras a las que hay que
ubicarle entre las alternativas el sinónimo o palabra más cercana. Yo nunca
deduje lo que significa “Novel” y finalmente una serie de gráficos que tienen
por objeto medir la inteligencia espacial. Yo conseguí resolverlos todos utilizando
lógica, que es lo que tengo más desarrollado. Hubiese conseguido desarrollar todo el examen
a no ser por las sumas y por la palabra “Novel”. Cada factor tenía un tiempo de
seis minutos.
La segunda prueba era una
bastante conocida: Dibujar un hombre bajo la lluvia acompañado de una historia.
Yo escribí sobre Cristiano Camaleón y me dibuje alejado de la ciudad, en el
campo, con algunas manzanas, un perro y sin ningún humano. No necesite un
paraguas. Los dioses somos inmunes a los fenómenos naturales.
El tercer examen fue el test de
la verdad o acaso un test para medir el perfil. A mí me pareció más el primero.
La prueba es bastante peculiar y llamó mi atención. Cada pregunta tiene dos ítems:
- No me enfado fácilmente
- Me agrada salir con los amigos
Se debe marcar aquella
alternativa con la que más nos identifiquemos. Las preguntas no necesariamente
tienen relación, pero se repiten conforme se avanza y finalmente funcionan como
un embudo, donde se queda atrapado y como un gran mentiroso.
En las dos horas que duró la
primera cita hubo tres pruebas más. Una
con ocho cuadros, con líneas o puntos que causan alguna reacción en nuestro
cerebro y sobre los cuales se nos pide realizar dibujos, para luego ordenarlos,
hacer un análisis y colocarles un título. El otro test consiste en colocar la
mayor cantidad de palabras en una hoja con cierta letra impuesta por el psicólogo
y finalmente el último examen es una especie de pequeña base de datos que debe
ser clasificada y consultada mentalmente.
Recuerdo haber terminado cansado después de todos los test
de modo que decidí regresar pronto a casa a descansar. No esperaba la tercera
llamada pero llegó, al día siguiente.
- Lo esperamos a las nueve y treinta el día de mañana
- Yo asentí
Era el segundo día que
sacrificaría. Dejaría de dormir para ir a una tortura que yo suponía mayor que
la primera. Me había preparado para una dinámica grupal.
La dinámica grupal es bastante
conocida. Se reúne a un grupo de postulantes se les pide que se presenten, se
le pregunta por el animal que más les agrada y por el que más detestan. Finalmente
se entrega una hoja con un caso fatídico, en el que el mundo se destruye y sólo
se dispone de un salvavidas para siete de las doce personas que se encuentran
listadas en la hoja. Todos tienen alguna profesión o virtud y uno de los
defectos más repudiados por los ordinarios. Personalmente se elige a las
personas que deberían salvarse para luego debatir y llegar a un consenso grupal
de siete personas. Lo adecuado en una dinámica de ese tipo, según me han
contado, es liderar al grupo y ayudar a que el debate y el consenso se realice
del mejor modo posible. Pero no fue mi caso, lo que me esperaba era una
entrevista uno a uno con Ángel.
Llegué a la entrevista que comenzó media hora más tarde y que
debería durar una hora, según la programación. Logré fingir durante media hora
sobre mi personalidad. Todo se desarrolla con jovialidad y notaba que era uno de los preferidos de Ángel para ocupar el puesto. Habíamos acordado que yo
vivía con mi madre y mi hermano menor, a lo que el psicólogo dedujo que yo era “el hombre de la casa”, lo que me resulta
una cojudez, pero asentí en un primer instante. Hablábamos además de lo mucho
que me agrada ayudar a los demás, de lo solidario que soy, de la excelente vida
y labor social que desarrollo y de lo bastante desarrollada que tengo la
inteligencia emocional.
Pasada la media hora me aburrí y me canse de seguir
fingiendo algo que no soy. Reconsideré lo dicho anteriormente y dije:
“Me agrada la soledad.
Si tengo que elegir entre salir con amigos y quedarme en casa, yo prefiero mi
casa y en especial mi cama. Yo no ayudaría a nadie, yo no soy solidario. Yo
creo que cada persona debe solucionar sus propios problemas. Y no soy “el
hombre de la casa”. No hable usted cojudeces. Yo solo soy un haragán que quiere
ser supervisor, no sé porque; y que también quiere ser escritor y presidente
del Perú”.
Terminó la entrevista. Nos despedimos y fui a casa a
continuar durmiendo. Sabía que todo había acabado y esta vez no me equivoqué.
La llamada que recibí me lo confirmaba. No había conseguido pasar la segunda
fase de selección.
He comprendido que yo no he nacido para trabajar para nadie.
Yo simplemente soy un escritor, un haragán. Y pronto un político. Recuerdo la
frase que compartió Juan: "Si eres
un fracasado, es muy probable que seas un excelente escritor".
Recuerdo también una pregunta que formuló Ángel: ¿Qué has conseguido a tus 22 años? No he
conseguido nada. Pensé publicar mi primera novela a los 18 y no lo he hecho.
Pensé estudiar filosofía y letras y aún no lo hago. Digamos que a mis 22 años
soy un fracasado y sólo he conseguido acostarme con media humanidad. Nunca me
he sentido más orgulloso de mí como lo estoy ahora.
CUANDO ME HABLARON DE TI, ESPECIALMETE TU HERMANO DEYVIS, DIJO MUCHAS COSAS Y VERDADES DE TI CREO QUE LA TRANSPARENCIA DE UN HOMBRE ES SENTIRSE COMO ES, SER REAL Y NO FINGUIR LO QUE ES, LEI " UD NO ES BIENVENIDO " PARA UNA PERSONA DE CORTAD EDAD, LA EXPRESION QUE HAZ PLASMADO EN ESTE PLIEGO DE RECLAMO QUE HACES DE TI MISMO...CREO QUE EL GRAN ERROR QUE TIENES TU ES BUSCAR ALGO QUE NO TE GUSTA,, ES DECIR TRABAJAR , NO QUIERES QUE TE MANDEN Y DEPENDER DE OTROS....SEGUN TU NO ES TU VIDA ES SER ARAGAN COMO LO DICES,,,AHORA DIJO Y ME PREGUNTO SI TU PIENSAS LLEGAR SER UN PRESIDENTE EN EL FUTURO QUE PODRIA ESPERAR DE TI SI TU EN TU LECHO QUIERES SOLO VIVIR LO QUE ERES Y NO PENSAR EN LA SOLIDARIDAD, EN LA NECESIDAD, EN EL DESARROLLO HUMANO COMUNAL...LA VERDAD COMO QUE TU MISMO CONFUNDES O SIENTES QUE EL MUNDO ES TUYO Y QUIRES HACER DE ELLO LO QUE MAS TE COMPLASCA...ENTONCES EL PAPEL DE SER UN PRESIDENTE EN EL FUTURO NO ES PARA TI ..UN FUTURO GOBERNANTE NO PIENSA EN SI MISMO PIENSA EN TODOS LAS NECESIDADES Y EN OTRAS COSAS MAS....CREO QUE EL MEJOR CONSEJO QUE TE PUEDO DECIR ES HAS DE TI LO QUE MEJOR TE COMPLASCA SER UN ESCRITOR FILOSOFICO COMO TU TANTO LO EXPRESAS ...MUCHA SUERTE NO TE PUEDO DECIR POR QUE TU MISMO DICES QUE UNO MISMO ES LO QUE ES Y SE DESARROLLA DE ACUERDO A SU CAPACIDAD..PERO SI TE DIJO ALGO QUE TE PUEDE HACER CAMBIAR BUENO IGUAL ME DA SI TE AYUDARA PERO HAY QUE TENER UN POKITO DE HUMANIDAD...ESO ES TODO *** cesar ulfe mel
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